
Eres néctar que reconforta mi alma; pero de mi desesperación causa, cuando esta dosis diaria de ti me falta. ¿Serás veneno que corre por mis venas? ¿o dulce bálsamo que alivia de este corazón adolorido las penas? Me confieso adicto, adicto al recuerdo que de ti conservo, de tu sonrisa y del brillo te tus ojos. Adicto a tu voz, lo único que de ti aún tengo. Adicto a ti, mi dosis diaria, a ti.
Morpheus Amorfo