
Cuando muera,
has con mi cuerpo como quieras;
incinéralo, destázalo o entiérralo;
guárdalo en una urna, en un relicario o un cajón;
arrójalo al río, al viento o las hienas,
o has con él, como que quieras;
incluso, puedes traer un sacerdote o un pastor;
celebrar misa de réquiem solemne si te place
o si prefieres llevarlo directo y sin escalas al panteón.
Sí, cuando muera,
has con mi cuerpo cómo quieras,
¿no ves que ya no moro en él?
y hónrame cómo dicte tu corazón,
¿no ves que las ceremonias no son para los muertos,
si no para los vivos que quedan después de él?
Lo que a tu corazón reconforte y plazca,
al mío también lo hará,
pues si acaso algo de mi queda,
quedará unido a él.
Morpheus Amorfo