Libertad (Reflexión preliminar)

Mucha tinta y más sangre han corrido ya en aras de la libertad, al menos en pos de una idea de ella. Todos la enarbolan, pero nadie parece estar de acuerdo en qué consiste exactamente. Algunas naciones consideraron que la libertad era librarse del yugo de un monarca, sólo para transferirlo a un parlamento; otros, que era librarse del yugo extranjero, sólo para sufrir a manos de la opresión de un dictador nacional; algunos otros, consideraron que la libertad era librarse de la opresión del patrón capitalista, sólo para verse subyugados por la mano de hierro del partido comunista. Para otros la libertad ha significado expandir sus fronteras, su influencia y su dominio por todos los medios a su alcance hasta con violencia «compartir» su libertad por la fuerza. En el ámbito personal, la libertad también adquiere distintos matices y significados. Para algunos individuos la libertad es poder disfrutar de los bienes y distractores que su ingreso puede costear después del poco tiempo libre que su trabajo asalariado les deja. Para otros, la libertad consiste en no tener patrón, sino en serlo; dejar de ser esclavo empleado en una compañía sólo para convertirse en esclavos de la propia. Para muchas otras personas la libertad, aunque no ajena a los factores económicos, más bien consiste en poder decir lo que deseen, acudir a donde gusten y reunirse con quien quieran, utópicamente sin restricción alguna. Como hay obvias restricciones para esta libertad, algunos consideran que la única libertad posible es la de pensamiento. Pero incluso en este caso ¿en realidad somos libres o es sólo una ilusión conveniente?¿no son nuestros pensamientos solo una serie de reacciones electroquímicas que obedecen a las leyes físicas de causa y efecto? ¿En dónde está la libertad en un universo completamente causal?

Mi poesía

Mi poesía es simple, llana… cotidiana;
no conoce de rima, métrica o tiempo
y confunde la prosa con el verso;
no conoce las encumbradas alturas de la fina lírica palaciega,
pletórica de imágenes, metáforas y figuras
ni el profundo pensamiento del filósofo de intelecto,
ni la estricta y refinada técnica de la cátedra o la academia;
tampoco tiene la creatividad de los arrabales, del barrio o del campo;
mi poesía es soneto clasemediero, simple, llano.., cotidiano.

Morpheus Amorfo

Tú también

Y es que tú también, ya tienes un nuevo amor,
de esto ya me he dado cuenta,
aunque no me causa sorpresa
pues se que vives insatisfecha
y buscas en sus brazos
lo que ya no encuentras en mis abrazos
y te quita el sueño, causándote desvelo,
mientras yo profundamente duermo;
con sus caricias te quedas lánguida y dormida
y ya de día, despiertas a sus brazos enseguida.
No sé qué te ofrece ni cuál tu afán
de estar con él a cada instante,
¿Es escape de la realidad encadenante?
¿o acaso fantasías de deseos insatisfechos?
No te preocupes, te comprendo,
no te juzgo, ni te culpo
y es que yo también… ya tengo un nuevo amor

Morpheus Amorfo

Corazón sangrante

El corazón que sangra por amor no sangra en vano, derrama ríos de deseos, sueños y anhelos; cada gota una palabra, una frase, unos versos;
en ocasiones, las pasiones se desbordan brotando a borbotones
y la sangre clama desde el fondo del estanque por alguien que la escuche y se apiade, entonces vienen los sedientos de amor agotados de deambular por desiertos y parajes desolados y beben, saciándose de deseos, sueños y pasiones sin que su sed se vea apaciguada y beben hasta que su corazón se derrama y sangra
y sangra por amor y no sangra en vano y sangra el corazón, el corazón, que sujeto en la mano.

Morpheus Amorfo

Volver a la realidad

Volver a la realidad es
volver a la soledad después
de un apasionado encuentro fugaz;
a la vigilia tras un profundo sueño
y ver que ya no estás;
a las largas horas de espera
por aquello que jamás pasará;
Volver a la realidad es extender las alas
y no poder volar
después de surcar los bastos cielos en libertad.

Morpheus Amorfo

Un nuevo amor

Lo siento… pero tengo un nuevo amor.

Lo siento… no es que ya no te quiera,
pero tengo un nuevo amor.
Lamento que mi ausencia te hiera,
pero este nuevo amor me transporta lejos,
aunque yo no quiera.
Lo siento… pero tengo un nuevo amor.
Lamento las hora y los días que no estaré aquí
y las noches que lejos de ti,
bajo esta luz taciturna amaré a este nuevo amor
tanto como alguna vez te amé a ti.
Lo siento… no es que ya no te quiera,
ni que quiera que algo te hiera
y aunque no me voy de aquí
no estaré más para tí
Lo siento…pero tengo un nuevo amor.

Morpheus Amorfo

No es mentira

¡No!¡No es mentira! Es ficción, es fantasía. ¡La mentira es engaño vil y siniestro! La ficción un deseo; la fantasía un sueño.
¡No! ¡No es mentira! Sólo es ficción, es fantasía.
Aquello que persigo, aquello que deseo, aquello que comparto y aquello en lo que creo.
¡Es real! ¡Existe! Vive en mi mente igual que en la tuya y ¡no! ¡No es mentira! Tampoco ficción ni fantasía.
¡Es realidad subjetiva!

Morpheus Amorfo

Tardes de lluvia

Amo las tardes de lluvia.
Su sonido relajante
y la melancólica penumbra
atraen a mi mente
recuerdos de una infancia lejana
hace tiempo olvidada.
No es que me lamente
es melancolía pura.
Amo las tardes de lluvia.

Amo las tardes de lluvia.
El olor a hierba mojada
y el refrescante ambiente
atraen a mi mente
recuerdos de un ciudad lejana
hace tiempo no visitada.
No es que me lamente
es melancolía pura.
Amo las tardes de lluvia.

Amo las tardes de lluvia.
Cierro mis ojos y veo tu rostro mojado en mi mente
Rostro, que quizá ya no reconozco
y no es que me lamente
es melancolía pura.
Amo las tardes de lluvia.

Morpheus Amorfo

Del ser y el parecer

Alguien alguna vez me dijo que parecía escritor. Pienso que el parecer ya es un buen principio, aunque como dice el viejo y conocido refrán «el hábito no hace al monje» eso sí, bien que lo distingue y conforme con la misma sabiduría popular, que siempre encuentra un equilibrio para todo, «para ser, también hay que parecer». Desde luego no basta parecer, para llegar a ser hay que ejercer, obvio es que en este ejercicio, del parecer para llegar a ser, no pocas son las fallas y los obstáculos; los errores y las imperfecciones siempre serán notorias y en ocasiones tan abrumadoras que el desgano y abatimiento hagan mella en nuestro ánimo y pensemos en desistir. Sin embargo, si estamos conscientes de que no hay un sólo éxito que no vaya precedido de una gran multitud de fracasos, entenderemos que este proceso de perfeccionamiento es más bien un interminable ciclo de ensayo, error y rectificación en el cual deberemos perseverar si aspiramos a ver coronados nuestros esfuerzos. En fin, solo parezco, pero quizá si me afano en ejercer, equivocarme lo suficiente y rectificar adecuadamente, algún día lo seré.

Morpheus Amorfo