
En la hora crepuscular no se distingue el bien del mal,
la conciencia adormilada y la razón obnubilada
es dominada por el instinto animal.
Busca lo que desea, obtiene lo que le place y le satisface
poco importa si es necesario, sensato o razonable
fantasía, sueño o disparate.
Medio dormido, medio despierto en total desconcierto
cuando la razón por fin recobra conocimiento
y la conciencia juzga con más acierto.
¿Qué has hecho animal salvaje?! ¡Pobre de ti!
¿Cómo has podido traer esta ruina sobre mí?
… fue tan solo un fugaz recuerdo de ti.
Morpheus Amorfo